Queda mucho invierno por delante, y es importante tener los músculos y tendones acondicionados cuando vamos a comenzar a bailar.
Incluso si se es muy flexible es bueno calentar antes de cualquier ejercicio para evitar lesiones, médicos y fisioterapeutas lo recomiendan. Se puede realizar un ejercicio ligero, areóbico que suba las pulsaciones como andar rápido (es un calentamiento y empezaremos con un ejercicio suave) y haga que todo el cuerpo entre en calor, y luego pasamos a estirar las articulaciones para lo que es importante centrarse en cada área del cuerpo: dar saltitos para los tobillos, rodillas y piernas en general, realizar movimientos circulares con cada articulación del brazo (muñeca, hombros…) y también de las piernas, y hacer girar el tronco de lado a lado, arriba y abajo hacia delante y atrás…
También se suelen usar calentadores (prendas de lana u otro tejido cálido para cubrir las articulaciones) para ayudar en el calentamiento, hay bailarines que los usan durante todo el entrenamiento (ya que en el baile se suelen hacer paradas) pero otros sólo para la fase de calentamiento y estiramiento.
El calentamiento es una rutina personal, aunque sí que hay que tener en cuenta de trabajar todo el cuerpo, cada bailarín o atleta tiene una rutina y unos gustos y lo que funciona para unos no funciona para los demás, pero es bueno conocer las opiniones de los demás ya que nos pueden aportar ideas para añadir a nuestro entrenamiento.
Unos bailarines salen a correr y adoptan rutinas de otras disciplinas: gimnastas, corredores, artistas marciales… otros complementan el entrenamiento de baile con yoga, pilates,… (en anteriores posts comenté que además variar de actividad hace descansar la mente y complementa el entrenamiento). También es importante conocer las lesiones que arrastramos y hacer ejercicios de rehabilitación específicos para fortalecer la zona y no volver a repetir las lesiones.
Nos quedan meses de frío antes de que llegue la primavera, así que abrigaos bien, calentad y estirad… cuidad vuestro cuerpo, que para un bailarín es como el pincel para un pintor.