Preparación de las puntas y conservación (parte2).

En la primera parte vimos cómo se cosían las cintas a las puntas de ballet, pero para preparar una punta nueva para su uso podemos hacerle algunos retoques más: Vídeo de cómo preparan las puntas algunos bailarines. En el vídeo se puede ver primero cómo golpean la caja, algunos bailarines las pisan, o las aplastan con una puerta, esto es para hacerla más blanda y que no suene tanto al pisar.

También vemos a una alumna cosiendo las cintas, o preparando sus pies (con esparadrapo acolchado, o usando protectores), luego vemos a alguna cosiendo la punta otra vez para no resbalarse, y abriendo la suela… que explicaremos más adelante, raspan la suela para no resbalarse, y mojan la punta para que se adapte mejor. Cada bailarín tiene sus trucos, preferencias y ritos a la hora de prepararse y siempre es bueno pedir consejo al profesor que es el que mejor te conoce, pero aquí sabremos el cómo y por qué de estas modificaciones en las puntas.

1. Distinguir el pie de cada punta.

Las puntas (derecha e izquierda) son muy parecidas, no como en el calzado de calle que aun así a veces te puedes confundir y no te das cuenta hasta que te pones a andar. Y cuando llegas tarde a clase y vas corriendo… no cuesta nada tener marcadas la punta derecha con una pequeña “D” en la suela donde no se vea, y una pequeña “I” y te ahorra perder un segundo en pensar ¿qué pie es cada uno?

2. Doblar la suela.

¿Recordáis la marca que hacíamos en las puntas por dentro para coser la cinta en el anterior post? Pues usando la misma marca (donde el talón empieza) marcamos la suela de la punta con lápiz (para luego doblarlo) y la doblamos presionándola contra el suelo para que siga el mismo arco del pie. Los bailarines con más experiencia abren la suela (por dentro) y cortan la parte del talón, pero si todavía estás empezando no es nada recomendable, ya que esta zona te aportará más estabilidad, así que nos conformamos sólo con doblarla. Esto lo puedes hacer antes de cada clase para adaptar la forma.

3. Coser la base de la punta.

Esto puede ser peligroso si no sabes hacerlo, y no es una práctica común. Se hace para no resbalarse. Consiste en cortar el extremo de la punta, quemar la parte deshilachada y volver a coser una pieza que sea de un tejido rugoso (piel, polipiel del revés…).

4. Evitar los resbalones.

Mejor que recortar la base de la punta (porque si no lo sabemos hacer la podemos estropear, y además las puntas para actuaciones no son así) es usar resina para puntas. WearMoi tiene una resina fantástica, que debemos llevar siempre encima (en el bolso junto con las puntas) ya que a veces actuamos sin saber qué suelo vamos a pisar, o no son escenarios preparados para danza. “La suerte está con los que se preparan”.

5. Cortar las suelas.

Algunos artistas cortan las suelas de sus puntas nuevas, rebajan el borde y hacen unos cortes para que no sean tan lisas (cuando son nuevas y no tienen desgaste).

6. Conservación de las puntas.

Las guardaremos dobladas en una bolsita de rejilla (para que se aireen) dentro de la bolsa de entrenamiento. Plegamos el talón hacia dentro y luego los laterales, enroscamos las cintas al rededor, enfrentamos una a otra (para ahorrar espacio) y las guardamos en la bolsita.

Si has trabajado duro y has sudado también deberías ventilarlas al llegar a casa, las puedes colgar en la misma bolsa de rejilla. Es importante que estén en lugar seguro, donde nadie (un perro travieso, o un hermanito curioso) las pueda estropear, pero también hay que protegerlas de temperaturas extremas (no acercar a la estufa, ni dejar fuera de casa por si se estropean con el sol o la lluvia)  y de la humedad con lo cual no debemos airearlas en el cuarto de baño.

Esperamos que todos estos consejos os hayan sido útiles, para cualquier duda podéis responder a este post y os contestaremos gustosos.

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