Padre de una Bailarina

Se acerca el 19 de marzo, y en Mundance queremos darte las gracias por ser padre si tienes un hijo o hija que baila eres super importante y no sólo para ellos. Con tu apoyo haces el mundo un poquito mejor.

¿Y yo que hago que no haga cualquier otro padre? Pues si no lo sabes, te voy a contar:

 

1. Apoyas a tu hijo en algo que realmente le gusta a él, sin presionarle para que haga lo que te gusta a ti.

“PAPÁ, QUIERO IR A CLASES DE BALLET” “NO, TÚ VAS A APRENDER A JUGAR AL STARCRAFT”

2. Haces “de taxista” de limusina, pues recoges, esperas, llevas a tu hija y amiguitas al ensayo, al teatro, a la función… para que llegue a tiempo y lleve el tutú y todos sus “trastos” sin que se estropeen y cómodamente.

3. Ves cien veces, si hace falta, la misma función. Porque a ella le hace ilusión que estés allí, aunque no sabe que al que le hace ilusión verla en el escenario es a ti.

 4. Apartas un poco del presupuesto de la familia para sus clases, sus maillots, sus tutús, sus medias (¡¡parece que se las come!!), sus zapatillas, puntas de ballet… Incluso si implica que tú te quedes sin tu capricho, porque sabes que para él o ella no es un capricho.

"YO NO BAILO, YO PATROCINO"“YO NO BAILO, YO PATROCINO”

5. Te conviertes en un “paparatzzi”, y tienes “teras y teras” de fotos digitales. Tienes tantas fotos que si las juntaras podrías hacer una animación: el primer maillot, el primer tutú, bailando de bebé, la primera clase,… en el primer festival ¿cuántas fotos hiciste? Lo viste a través de una cámara para que todos pudieran volver a verlo después.

6. Le ayudas en las tareas del cole, para que tenga más tiempo para ensayar y no se agobie con tanto trabajo.

7. Le regalas el maillot que más le gusta, o unas puntas aunque no tienes ni idea ni entiendes por qué son tan caras, si sólo es cartón y tela.

Padre ajustando las cintas de las puntas de ballet.

8. Eres el que mejor la levanta creándole desde pequeñita la sensación de volar bailando.

 

… y todo esto lo haces sin darte cuenta, y sin darle importancia. A veces incluso pensando que mamá lo podría hacer mejor.

A veces entran en la tienda papás con cara de perdidos, siempre preguntando, con una fotografía en el móvil de lo que están buscando y llamando para preguntar qué talla es la mejor… y se excusan diciendo que mamá lo tendría más claro, pero ¿sabéis un secreto? Las mamás también vienen perdidas los primeros años.

(Para eso estamos aquí, para echar una mano a las madres y padres, con la tranquilidad de que si no os lleváis lo que realmente hacía falta, lo podéis cambiar.)

Si conoces a algún padre de bailarina, y quieres desearle un feliz día, comparte.

 

 

 

 

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